La Real Academia de la Lengua define el término “evolución” como una “serie de transformaciones continuas que va
experimentando la naturaleza y los seres que la componen” mientras que “revolución” es un
“cambio profundo, generalmente violento, en las estructuras políticas y
socioeconómicas de una comunidad nacional.”
Las palabras claves son “transformación
continua” o “cambio profundo, generalmente violento”. Desde luego ambos términos indican cambio y la
diferencia radica especialmente en el ritmo,
la profundidad y el impacto del cambio. Bien es verdad que la evolución
puede tener muchos matices y diferentes niveles mientras que el término
revolución nos induce a pensar en términos de máximos y a romper de forma
rápida y disruptiva con casi todo lo existente.
Estas definiciones tienen también cierta relación con el riesgo. En una revolución normalmente se van a
tomar más riesgos que en una evolución continuada tanto en términos de
probabilidad como de impacto. Arriesgar
más puede ser positivo o negativo en
función de cada situación y en
cualquiera de los casos es importante gestionar los riesgos evaluando la
probabilidad de ocurrencias de determinado hechos, impactos, especialmente
sobre los negocios, y decisión de medidas a tomar así como costes de las
posibles salvaguardas.
Transformación
guiada por el negocio
(Business-centric vs IT-centric Strategy)
Independientemente de que se trate de una revolución o
evolución, la transformación digital o cambio debe de ser guiada desde un punto
de vista de la misión de la organización y del negocio y no solo centrarse en lo “digital”. La tecnología y lo digital son el medio
para conseguir los objetivos.
Es importante analizar que aportará y como impactará una
nueva tecnología en nuestro negocio ya que debe de ser una mejora que repercuta
en beneficios en la organización en el amplio sentido de la palabra, es decir, podrían ser económicos o de otra
índole dependiendo del tipo de organización o empresa y podrían ser otros como el
bien general o un posicionamiento estratégico con respecto a la competencia.
Normalmente toda
transformación digital conlleva una reingeniería de procesos de negocio ya
que la incorporación de nuevas tecnologías se suele aprovechar para optimizar e
intentar homogeneizar con estándares de la industria así como adaptarlos a la
cultura digital que difiere de los procesos tradicionales.
Además los sistemas y la tecnología deben de evolucionar al mismo ritmo que la
organización y sus negocios y tienen un
alto componente cultural que impacta en los trabajadores, clientes, proveedores
etc. No tiene sentido una gran revolución tecnológica sin que exista una revolución
en el propio negocio y debe de tener en cuenta la posible brecha cultural de
los clientes, proveedores, ciudadanos, trabajadores etc. que sean afectados.
Cada
situación requiere una respuesta estratégica
En determinadas situaciones será necesaria una revolución
digital ya que se precisa un cambio rápido y disruptivo mientras que en otros
posiblemente sean necesarias estrategias más conservadoras sin perder de vista una
evolución continua con el objetivo de mejorar y asegurar el futuro. La estrategia es diferente para una “start up”
o un negocio recién creado que requiera hacerse hueco en el mercado, un negocio
en crecimiento o que no esté generando resultados o un negocio consolidado que
genere beneficios y cumpla objetivos.
En aquellas organizaciones de reciente creación normalmente
es necesaria una “revolución digital” desde el punto de vista de que se parte
desde cero. Hoy en día probablemente no tenga sentido nacer con un negocio que
no considere las últimas herramientas digitales y lo deseable es iniciar con las últimas tecnologías
aplicadas a cada situación, desde transversales y comunes a todas las
organizaciones a las específicas que puedan aplicar al negocio en concreto.
A priori podríamos pensar que una revolución disruptiva también es adecuada en organizaciones con una
situación digital no sostenible o con una situación a presente que necesite
cambiar rápidamente. Por otro lado se podría intuir que lo deseable sería haber
ido evolucionando de forma continuada para no tener que haber llegado a estas
situaciones ya que transformar rápidamente modelos ya establecidos es mucho más
difícil y más arriesgado.
En un modelo consolidado cuyo objetivo sea mejorar beneficios y asegurar el futuro pero con poco
riesgo será adecuada una evolución
digital más conservadora. Esto no quiere decir que no deban de abordarse determinados
proyectos disruptivos sobre determinados puntos del negocio o que se inviertan
en proyectos de innovación que posiblemente a corto plazo no generen beneficios
tangibles pero a medio y largo plazo generarán ventajas competitivas y
permitirán tomar decisiones con respecto a la evolución de la organización.
En todos los casos es importante promocionar la cultura de la mejora continua e ir
aplicando pequeñas acciones rápidas (“quick wins”) que con poco coste ayuden al
cambio continúo en la organización.
Algunas cuestiones que podríamos plantear con respecto algunas
tecnologías asociadas a la Industria 4.0 o disrupción digital:
Digitalización/papel
cero: ¿Establecemos
procesos de digitalización o sustituimos por canales totalmente digitales? ¿Existe
madurez cultural para el papel cero en las relaciones del negocio y
especialmente en los clientes? ¿Cuál es la situación actual y la madurez
organizacional para la gestión interna sin papel? ¿Cuáles son los beneficios
tangibles e intangibles que se obtendrán? ¿Sería necesario establecer un plan
gradual de digitalización con periodos de transición manteniendo el papel? ¿Desde qué periodo digitalizamos la
información histórica?
Big Data y
análisis de datos: ¿Qué nivel
de conocimiento tenemos del mercado y de nuestros clientes? ¿Sería de utilidad
el análisis de datos calificados como no estructurados que procedan por ejemplo
de redes sociales, vídeos, imágenes etc.? ¿Permitiría el resultado de estos
análisis ayudar en la expansión sobre clientes potenciales? ¿Qué indicadores
adicionales a los actuales podremos obtener para la toma de decisiones de
negocio? ¿Qué ventajas competitivas generaría?
Internet de
las cosas y dispositivos inteligentes: ¿Qué dispositivos podrían ayudar en el aumento de la
productividad o en las relaciones del negocio? ¿Es rentable sustituir
dispositivos existentes por otros más inteligentes o conectados para repercutir
en ahorro o eficiencia energética? ¿Interesa alguna alianza con algún socio
fabricante para que incorpore en sus dispositivos necesidades o requerimientos
de nuestros negocios?
Inteligencia
artificial, robótica: ¿se pueden obtener beneficios automatizando o robotizando
alguno de los procesos de fabricación, logísticos, atención al cliente,
tesorería etc.? ¿Cómo ayudarán la incorporación de algoritmos de aprendizaje en
la mejora de los negocio?
Drones: ¿pueden mejorar en alguna
actividad en eficiencia o ampliando servicio de reparto en zonas poco
accesibles, mejorando la seguridad etc.?
Como siempre, y especialmente en tecnologías que puedan ser
emergentes, siempre es interesante considerar la implantación de pilotos acotados y controlados que
minimicen riesgos, ayuden en la toma de decisiones y en la generación de nuevas
ideas y posibles usos en la organización.
Para concluir comentar que todo lo expuesto anteriormente se
tendría que tener en cuenta al elaborar la estrategia
de transformación digital donde surgirán los programas, proyectos y presupuesto
y que permitirán cambiar de forma controlada partiendo de una situación actual (“As-Is”)
a una situación futura deseable (“To-Be”) y en un periodo de tiempo. La
organización debe conocer en todo momento hacia donde quiere evolucionar, en
que tecnologías invertir y poner todos los esfuerzos en ello.
No se debe
minusvalorar la consecuente transformación de los procesos y los cambios en la
cultura organizacional. Debe de existir un plan de comunicación, formación, periodos de transición etc. que ayude a acometer
todas estas transformaciones. Desde mi punto de vista es esencial mantener una
evolución digital continuada constante intentando evitar situaciones no deseables con necesidades de cambios a corto
plazo, que serán mucho más
complicadas y arriesgadas, y evitando
así pérdidas por obsolescencia y posibles desventajas con la competencia.
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reasons your growth requires a business-centric IT strategy
Cultura Digital. Más allá de la evolución de un computador
Debemos asegurarnos de que la revolución digital sea una
fuerza para el bien
¿Para qué necesito Big Data?
Estrategia para la transformación digital
Transformación digital: ¿Evolución o revolución?
Reviewed by Bloginnova
on
enero 01, 2017
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